Quien descubrio el trastorno de personalidad multiple
¿Cuándo se cambió el nombre del trastorno de personalidad múltiple?
Louis Vivet (también Louis Vivé o Vive) (nacido el 12 de febrero de 1863 en París, Francia) fue uno de los primeros pacientes mentales a los que se diagnosticó un trastorno de identidad disociativo, coloquialmente conocido como "personalidades múltiples"[1] Un año después de su diagnóstico en 1885, el término "personalidad múltiple" apareció en la literatura psicológica en referencia directa a Vivet[2].
Vivet nació el 12 de febrero de 1863 en París, hijo de una joven madre que trabajaba como prostituta y que le pegaba y descuidaba[3]. Tras caer en la delincuencia a los ocho años, Vivet fue enviado a un correccional, donde se crió hasta los 18[4].
Mientras trabajaba en una granja a los 17 años, Vivet quedó paralizado de cintura para abajo debido a un traumatismo grave provocado por una víbora que se enroscó en su mano y le provocó una parálisis psicosomática[4]. Vivet siguió trabajando como sastre durante su parálisis, hasta que, un año y medio después, recuperó repentinamente el uso de las piernas y empezó a caminar[4]. [4] Cuando el manicomio (que había empezado a albergarle tras su parálisis) le preguntó por su nueva capacidad para andar, Vivet respondió con confusión, sin reconocer a ninguno de los empleados del hospital y acusándoles de haberle encarcelado[4].
¿De dónde viene el trastorno de personalidad múltiple?
La génesis habitual del TLP es algún tipo de trauma sexual infantil infligido al paciente cuando era niño. Un número desmesuradamente elevado de personas con TPM han sufrido algún tipo de trauma sexual en la infancia.
¿Cuándo se reconoció por primera vez el trastorno de personalidad múltiple?
Introducción. El Trastorno de Personalidad Múltiple (TPM) fue introducido por primera vez en el DSM-III en 1980 y rebautizado como Trastorno de Identidad Disociativa (TID) en ediciones posteriores del manual diagnóstico (American Psychiatric Association, 2013).
¿Quién fue la primera persona con TID de la que se tiene constancia?
Louis Vivet (también Louis Vivé o Vive) (nacido el 12 de febrero de 1863, en París, Francia) fue uno de los primeros pacientes de salud mental en ser diagnosticado con trastorno de identidad disociativo, coloquialmente conocido como "múltiples [o] personalidades divididas." Un año después de su diagnóstico en 1885, el término "personalidad múltiple" apareció en ...
¿Trastorno de personalidad
Según algunos, la sorprendente historia del trastorno de identidad disociativo (TID) se remonta a las pinturas rupestres del Paleolítico en las que aparecen imágenes de chamanes. Otros sugieren que la historia del trastorno de identidad disociativo se remonta a los informes de posesión demoníaca que ahora se cree que son incidencias del trastorno de identidad disociativo. En cualquier caso, está claro que el trastorno de identidad disociativo tiene una larga historia y no es un concepto nuevo (aunque la terminología que se utiliza ahora pueda ser nueva).
En 1791 se escribió el primer relato detallado sobre la "personalidad intercambiada" acerca de una mujer alemana de 20 años que empezó a hablar francés perfectamente, a comportarse como una aristócrata francesa y a hablar alemán con acento francés. Cuando era la "mujer francesa" recordaba todo lo que hacía, pero como "mujer alemana" negaba cualquier conocimiento de la "mujer francesa".
El estudio del TID se centró entre 1880 y 1920 y, en 1944, el 67% de todos los casos conocidos se habían notificado durante ese periodo. Posteriormente, los informes de casos de trastorno de identidad disociativo disminuyeron drásticamente, quizá debido al aumento del diagnóstico de esquizofrenia y al auge de Freud.
Trastorno disociativo
El trastorno disociativo es a la vez un trastorno mental antiguo y nuevo. Su precursor, la histeria, era una noción mal entendida y a menudo muy mal concebida que podría remontarse a los tiempos en que existían las sociedades humanas, pero se ha tratado como un trastorno nuevo desde que apareció en el DSM-III. Hace un siglo, Sigmund Freud y Pierre Janet, dos gigantes de la historia de la psiquiatría dinámica, se vieron profundamente influidos por los fenómenos disociativos y crearon su propia teoría de la mente humana con orientaciones muy diferentes. El resurgimiento de los trastornos disociativos en la psiquiatría actual tiene varias implicaciones. Ayuda a los clínicos a comprender afecciones mentales que no sabían cómo definir y clasificar basándose en la psiquiatría tradicional. También permite a los clínicos identificar a una población que estaba mal diagnosticada con otras categorías diagnósticas, como el trastorno límite de la personalidad y la esquizofrenia.
Test de trastorno de personalidad múltiple
La CIE-10 y el DSM-5 no proporcionan directrices diagnósticas claras para el TID, lo que dificulta distinguir el TID "genuino" de los casos imitados o falsos positivos. Este estudio explora el significado que los pacientes con TID falso positivo o imitado atribuían a su diagnóstico. 85 personas que declararon niveles elevados de síntomas disociativos en el SDQ-20 participaron en una evaluación clínica mediante la Entrevista de Síntomas de Trauma y Disociación, seguida de una entrevista psiquiátrica. Las grabaciones de seis mujeres, cuyo diagnóstico previo de TID fue desconfirmado, fueron transcritas y sometidas a un análisis fenomenológico interpretativo. Se identificaron cinco temas principales: (1) Aprobación e identificación con el diagnóstico. (2) La noción de partes disociativas justifica la confusión de identidad y los estados conflictivos del yo. (3) La adquisición de conocimientos sobre el TID afecta a la presentación clínica. (4) La personalidad fragmentada se convierte en un importante tema de discusión con los demás. (5) Descartar el TID lleva a la decepción o al enfado. Para evitar diagnósticos erróneos, los clínicos deberían recibir una formación más sistemática en la evaluación de los trastornos disociativos, que les permitiera comprender mejor las sutiles diferencias en la calidad de los síntomas y cómo los refieren los pacientes disociativos y no disociativos. Esto llevaría a una mejor comprensión de cómo los pacientes con y sin un trastorno disociativo informan de los síntomas disociativos básicos. Se proporcionan algunas pautas para un diagnóstico diferencial.