Que es el efecto pigmalión en psicologia
Relación efecto Pigmalión
Las conclusiones del estudio han demostrado que las expectativas de un líder repercuten directamente en el rendimiento de la persona a la que dirige. O como lo describe Rosenthal: "Lo que una persona espera de otra puede llegar a convertirse en una profecía autocumplida".
Aunque el estudio se realizó originalmente en un aula, desde entonces se ha aceptado que el Efecto Pigmalión se aplica a todo tipo de entornos, desde equipos deportivos de élite hasta el lugar de trabajo moderno.
Los alumnos completaron una prueba que, según se decía, era capaz de identificar a los "aceleradores del crecimiento", es decir, a aquellos que estaban preparados para hacer progresos académicos. A continuación, los profesores recibieron los nombres de los alumnos que estaban a punto de florecer intelectualmente y, como un reloj, estos estudiantes mostraron un aumento significativo en el rendimiento en comparación con sus compañeros de clase cuando fueron examinados de nuevo al final del año.
Pero he aquí el truco: los "aceleradores del crecimiento" fueron elegidos al azar. La única diferencia entre ellos y sus compañeros, como dice Rosenthal, "estaba en la mente del profesor". Puede parecer poca cosa, pero las expectativas que se tienen en la mente de un profesor -o de un padre, un directivo o un entrenador- pueden influir enormemente en el rendimiento.
¿Qué es el ejemplo del efecto Pigmalión?
Las altas expectativas que alguien tiene de nuestro rendimiento no sólo repercuten en cómo actuamos nosotros, sino también en cómo actúan ellos. Por ejemplo, si un profesor cree que uno de sus alumnos es realmente inteligente y que tendrá éxito, es posible que le preste más atención, le haga comentarios más detallados y siga planteándole retos.
¿Cuáles son los 4 factores del efecto Pigmalión?
Rosenthal identificó cuatro factores clave que amplifican el efecto Pigmalión: el clima, la entrada, la salida y la retroalimentación.
Descripción del efecto Pigmalión
El efecto Pigmalión, o efecto Rosenthal, es un fenómeno psicológico en el que las altas expectativas conducen a un mejor rendimiento en un área determinada[1]. El efecto recibe su nombre del mito griego de Pigmalión, el escultor que se enamoró tanto de la estatua perfectamente bella que creó que la estatua cobró vida. Los psicólogos Robert Rosenthal y Lenore Jacobson, en su libro Pygmalion in the Classroom (Pigmalión en el aula), tomaron prestado algo del mito al proponer la idea de que las expectativas de los profesores sobre sus alumnos afectan al rendimiento de éstos, una opinión que se ha puesto en duda a raíz de los resultados de investigaciones posteriores[2].
Rosenthal y Jacobson sostenían que unas expectativas altas conducen a un mejor rendimiento y unas expectativas bajas a un peor[1], efectos ambos que conducen a una profecía autocumplida. Según el efecto Pigmalión, los destinatarios de las expectativas interiorizan sus etiquetas positivas, y aquellos con etiquetas positivas triunfan en consecuencia; un proceso similar funciona en sentido contrario en el caso de las bajas expectativas. La idea que subyace al efecto Pigmalión es que el aumento de las expectativas del líder sobre el rendimiento del seguidor se traducirá en un mejor rendimiento de éste. En sociología, el efecto se cita a menudo en relación con la educación y la clase social.
Efecto Pigmalión betekenis
El Efecto Pigmalión es un término utilizado para describir un fenómeno en el campo de la psicología que se ha observado y documentado durante muchos años. Los expertos han identificado aplicaciones del efecto Pigmalión en el liderazgo, la educación, el lugar de trabajo, las relaciones e incluso los deportes.
Antes de sumergirnos en los entresijos del Efecto Pigmalión, es de vital importancia comprenderlo. El concepto proviene del antiguo mito griego de Pigmalión, un escultor que esculpió la estatua de su mujer ideal y acabó enamorándose de ella, adornándola con joyas y rezando cada noche a los dioses para que cobrara vida. Finalmente, Venus se apiadó de Pigmalión y dio vida a la estatua, y ambos vivieron felices para siempre.
George Bernard Shaw se inspiró en el mito para su célebre obra Pigmalión (1912), que cuenta la historia de Henry Higgins, un lingüista de clase alta. Éste decide convertir a Eliza Doolittle, una florista de clase baja, en su visión de una dama apropiada. La obra ofrece una visión diferente del efecto Pigmalión y tiene un final ambiguo, pero expone claramente una idea que más tarde serviría de punto de partida a los investigadores: "la diferencia entre una dama y una florista no es cómo se comporta, sino cómo se la trata".
Efecto Pigmalión en el trabajo
Cuando estaba en el colegio, a un amigo mío le ofrecieron la oportunidad de entrenar al recién formado equipo de voleibol. Él no creía tener lo necesario para hacer un buen trabajo, pero no había nadie mejor cualificado, así que aceptó. Mientras entrenaban varias veces a la semana, mi amigo no paraba de decir a otros estudiantes que no tenían ninguna posibilidad en el siguiente torneo. El equipo era nuevo e inexperto, decía. ¿Adivinas qué ocurrió?
No, no fue un milagro. Perdieron el torneo. Creo que acabaron penúltimos. Mi amigo se había empeñado tanto en que el equipo perdiera que trasladó esa expectativa a todos los miembros del equipo. Como pensaban que iban a perder, perdieron. Mi amigo creó una profecía autocumplida.
En 1965, un psicólogo de Harvard llamado Robert Rosenthal realizó un test de inteligencia a todos los alumnos de una escuela primaria de California. Aunque no se revelaron las puntuaciones exactas a los profesores, se les dijo que alrededor del 20% de los alumnos podrían ser "florecientes intelectualmente", es decir, con un rendimiento académico superior al esperado en el curso siguiente. Los nombres, que en realidad habían sido elegidos al azar, sólo se comunicaron a los profesores.